Hamlet
Sala Blackbird - Santander - Viernes 17 Enero 2020.
Gran forma de comenzar un año que musicalmente promete. La gira Berlín, del último trabajo de los madrileños Hamlet, nos los vuelve a traer a la capital cántabra. Oportunidad que no nos podíamos perder.
Los amantes del arte pictórico coinciden. Uno de los logros más valorados en las obras es el "aire". El ambiente que solo los grandes han sabido plasmar y que ha elevado a algunos, como Velázquez, a la categoría de genios. Nosotros somos más de conciertos ;-) pero, además del sonido o la interpretación, también valoramos eso que, casi se puede ver pero, sobretodo, se percibe. Ese intercambio de energías que se produce recíprocamente entre la banda y el respetable, generalmente en salas de reducido aforo, por la proximidad y, como no, por el buen hacer de los músicos. Y en eso Molly y los suyos tienen cátedra.
Y así, con la potencia del comienzo del primer tema, "Persiste, insiste, repite", y los primeros aspavientos y peticiones de implicación, ya estamos todos metidos de lleno en el conjuro. Lo sigue "Eclipse". Está claro que estamos en la gira del álbum Berlín, y de él serán desgranados también "Abandonáis", "El principio de un comienzo", "Libertad", "Vulgar" o "No sé decir adiós", que sirvió de primer single. Todos inteligentemente intercalados con los clásicos como "Vivir es una ilusión" o "Denuncio a Dios", aderezado éste además por la sentadilla generalizada para la explosión final de vuelta a la verticalidad.
"Mi religión" resume muy bien lo vivido. Con su ritmo aplastante, perfecto para el movimiento de cabeza asertivo, como cuando los pollitos pican maíz, y cuyo videoclip estaba rodado por músicos y público en lo que podría ser el camarote de los hermanos Marx. Ése es el ambiente al que nos referimos y que hace que un concierto modesto, sin los fastos de los grandes festivales, no se olvide fácilmente. Y a eso mismo aludía Molly mientras tomaba una cerveza de una mano altruista de la primera fila, agradeciendo la asistencia y la escucha de un álbum al que van a seguir exprimiendo con las fechas que le restan a la gira.
Temas como "Queda mucho por hacer", el celebradísimo "Limítate" o el estupendo "Antes y después" hacían las delicias de todos los asistentes, mientras Luis Tárraga, con su guitarra solista, utilizaba la pequeña plataforma en la que Molly bailaba y se retorcía, para realizar sus saltos aterrizando próximo a la batería de Paco Sánchez. Al otro lado, la guitarra de Ken HC y el bajo de Álvaro Tenorio mantenían la rítmica de unos temas con los que hemos disfrutado durante años, con la potencia de esas murallas sónicas que Hamlet siempre ha sabido construir en sus discos y trasladar a sus directos.
Y llegábamos a la recta final del concierto. "Irracional" podía haber sido la elegida para el fin, por su intensidad. Pero aún quedaba disfutar de "Imaginé", el coreadísimo "JF", "Habitación 106", uno de los mejores, y "Egoísmo" cuya letra merece ser recordada.
Una gozada volver a disfrutar de Hamlet que, además de ser un referente en el metal en castellano, demuestran ser unos auténticos obreros de la música, acercándose a las salas de todas las ciudades que puedan tener cabida en su gira, dándolo todo antes de desembarcar en el verano y en los escenarios grandes de los festivales donde también se les espera. Gracias a ellos, a Wilma Producciones y a la Sala Blackbird, por hacernos las cosas tan fáciles.
Texto y Fotos: Javi Granja - MuchoRock Radio