El Drogas
Escenario Santander - Sábado 8 Febrero 2020.
De nuevo una de las figuras más carismáticas del rock estatal recalaba en Escenario Santander. Recorrido sonoro por toda su trayectoria y llenazo absoluto.
"Solo quiero brujas en esta noche sin compañía" es el extenso título del también extenso último trabajo de El Drogas, y también de su gira. Y será cosa de meigas, pero la noche de presentación en Santander coincidía con la primera superluna del año, bautizada como luna de nieve. Ella nos acompañaba a nuestra llegada a la sala, y a fe que nadie se pudo resistir a su influjo. Al de ella, y al de Enrique Villarreal que logró que un espacio diáfano se convirtiera en unos minutos en un auténtico hervidero durante las casi tres horas de concierto.
Efectivamente se nos ocurren varios nombres para esta gira: "Una Noche con: El Drogas", "Tres Horas con El Drogas", o "Las Cuatro Estaciones de El Drogas", habida cuenta de los bloques de canciones que sirven para, de alguna manera, delimitar las fases del concierto.
Y es que, en un alarde de honradez con su público, y de conocimiento de la realidad social que atravesamos, Enrique y los suyos han decidido que los conciertos de su gira tengan un precio módico y una extensa duración, para dar cabida a los 43 temas que ensalzan su grado de compromiso y para que, en definitiva, todo el mundo vuelva a casa con la sensación de haber vivido una experiencia muy especial.
La primera sorpresa de la noche llega en su inicio. Enrique al piano, para interpretar "Tienes Dos Manos". El bajo de Eugenio Aristu "Flako", es un contrabajo, aportando calidez al formato semi-acústico. También en "Al Salir la Luz", en la que Enrique, ya de pie, ejerce de frontman con su guitarra de 12 cuerdas. Posiblemente la misma con la que recorre las calles de Pamplona en su videoclip, al tiempo que se le van uniendo músicos y público, congregándose en la plaza del ayuntamiento. El mismo lugar desde donde parte el chupinazo de comienzo de los Sanfermines cada año, para ubicar a la ciudad, por una semana, en el ombligo del mundo.
Dentro de este primer bloque dedicado al último trabajo, continúan con "Sin Lámpara". No hay prisa por llegar. Queda mucho por delante. Los temas se van electrificando con "La Mala Suerte" y, sobretodo, con "Con Ridículo Sombrero". Hemos pasado, casi sin querer, de la parte más íntima a los decibelios que permiten que las primeras filas coreen los estribillos sin entrar por el micro.
Suena un ritmo de blues para "Nácar Blanco y Granate", y la cosa sigue acelerándose con temas como "Intoxicación" o "Pena de Muerte", o el marcado ritmo punk de "Aquí No Tienen Nombre". Uno de los más conocidos de la última entrega, "Besos de Asco", junto a "Se Termina Ya", ponen fin al primer bloque de canciones.
"Peineta y Mantilla" y "Come Elefantes" son las canciones pertenecientes al álbum "Demasiado tonto en la corteza", que sirven para comenzar el segundo bloque de temas de una forma enérgica, consiguiendo uno de los primeros clímax de la noche con "No Hay Tregua". En un concierto en el que se unen varias generaciones en la audiencia, éste, sin duda, es un himno sin paliativos para quienes han crecido con los clásicos de Enrique Villarreal, e irremediablemente forman parte de su banda sonora vital.
Y es que la sombra de este artista es muy alargada. Tanto como su discografía y, en definitiva, el legado de Txarrena - La Venganza de la Abuela - El Drogas y, como no, Barricada. Para los que crecimos escuchándoles y tuvimos la suerte de ver sus conciertos en Navarra, cuando éstos eran casi un acontecimiento social y la fiesta perduraba en los pueblos, con todos los bares pinchando rock para intentar agradar a las hordas de seguidores que durante horas teñían las calles, principalmente de negro. Pasando por ese "no concierto" bien cercano en latitud , aunque menos en el tiempo, en el que descubríamos que una plaza de toros desmontable, efectivamente lo era, y sucumbía ante la avalancha de seguidores en la época más álgida de una banda que, precisamente lucía como estandarte ese "No hay Tregua", como single y reclamo de la gira del "Doble Directo". Y seguido, en una época más cercana, por los conciertos, antes de la disolución de la banda, que eran puros grandes éxitos que nos hacían recordar todo lo bueno de la juventud vivida.
Por eso los clásicos de los "Barri" no pueden faltar en un concierto de El Drogas. Ya no se sabe si son suyos o nuestros, pero indudablemente son la mejor forma para conectar con el sector de público más veterano. En nuestra sección de Actualidad tenemos colgado un vídeo que recoge ese momento de explosión colectiva de júbilo.
Y cómo no comentar la labor guitarrera de Txus Maraví. Dejando los graves a la sección rítmica y aportando los medios y la distorsión, sobretodo en los temas más desenfadados, y deliberadamente macarras, de la trayectoria de El Drogas.
Mención aparte, posiblemente cosa de brujas que todavía no hemos logrado descifrar, el cómo Brigi Duque logra compaginar su tarea de frontman en Koma, con la propulsión a la batería, desde casi el fondo del escenario de la banda de Enrique. Volviendo a sus raíces musicales y cediendo el protagonismo, aunque también tiene, y merecidamente, sus momentos de lucimiento y homenaje, sea cantando a ritmo de tango en "Solo es Febrero", o cuando El Drogas decide aporrear sus platos.
Así transcurre ese segundo bloque de temas. Con otros viejos clásicos como el también coreado "En la Silla Eléctrica", o el "Así" de Txarrena, al igual que la estupenda versión del "Frío", firmada por el desaparecido Manolo Tena. Bien interpretada en Alarma y, a nuestro juicio, más musculosa y entretenida en manos pamplonicas.
Tras otros temas más tranquilos e íntimos, como el brutalmente tierno "Cordones de Mimbre", llegamos a la tercera parte del evento. Suena "Con Pinturas de Guerra", lanzada en su día con videoclip propio y que, en directo, con la reconocida voz de El Drogas hablándonos de la violencia, toma un cariz poderoso, a la par que dramático. Hemos cogido suficiente carrerilla para afrontar "Mientras Arde Tu País", "A Cara o Cruz" o "Cinco Cuchillos", uno de los intervalos más cañeros que, además, desembocan en algunos de los pesos pesados de la trayectoria de Enrique y de la memoria colectiva, como "Oveja Negra", "Todos Mirando", o "La Hora del Carnaval", a punto de llegar, por cierto, pero cuya temática dista mucho de éste.
Y llegábamos a la parte final. Un bloque que, por sí mismo, hubiera valido para "encajar" en cualquier festival en los que el tiempo apremia. "Animal Caliente", del estupendo álbum "Rojo" de Barricada, servía para que el micrófono de Enrique sobrevolara las cabezas del respetable que cantaba al unísono. Seguía un impagable guiño al malogrado Nacho "Cicatriz", con "Enemigo Público". Vuelta a los orígenes como nunca. Al barrio de la Txantrea con "Barrio Conflictivo". A otros temas también recordados de Txarrena como"Empujo Pa'Kí" o "Azulejo Frío", y final de los de libro con "En Blanco y Negro". Una crónica más larga de lo que solemos realizar, para intentar resumir un también extenso concierto, como todos los que El Drogas está protagonizando por la península y que merece la pena disfrutar.
Gracias a Escenario Santander, a Black Izar y a los compañeros y amigos que nos hemos encontrado.
Texto y Fotos: Javi Granja - MuchoRock Radio